A la gente le molesta que los pobres sean
tenidos mínimamente en cuenta. A la gente le molesta que la AUH y otras
asignaciones existan, porque su existencia les recuerda que TAMBIÉN existen
ellos: los marginados, los excluidos, los que no tienen trabajo. Les molesta
tanto, pero tanto, que crearon toda una historia de mujeres que se embarazan
por ochocientos pesos, gente que no desea trabajar para cobrar la asignación...
Se olvidaron que atrás de un marginado, atrás de quien recibe la asignación que sea, hay una persona. Una persona
que tiene los mismos valores que ellos, que sufre, siente y llora por las
mismas cosas. Que el hambre y el dolor de no tener un trabajo digno les carcome
el alma. Que sí, muchos se evaden de sus propios sentimientos, y recurren al
ilícito... nada que ellos, los ricos, los clase media, "los que se rompen
el lomo laburando para que de sus impuestos salga plata para esas lacras",
no hagan ¡Y no me digan que no!.
A
la gente le molesta ver que existen y saber que ellos también podrían estar en
ese lugar. No quieren apoyar una ayuda económica nacional, por el hecho de que
ellos no quieren ser jamás acreedores de la misma, prefieren seguir teniendo
sus trabajos, sus casas propias o alquiladas y su salario mensual asegurado...
¡Y sí muchachos! ¿A quién no le gustaría? Pero no seamos necios, que la
estigmatización hacia quien cobra un plan no nos da categoría a nosotros; y si
seguimos desubjetivizando a quienes representan todos nuestros miedos, por el
mismo hecho de encontrarse fuera de la categoría de persona, como ustedes
marcan, se van a convertir realmente en esos miedos... Y aquí ni el gobierno
oficialista, ni el pro, ni la izquierda actúa. La violencia es primaria en el
hombre, y si al hombre le sacamos su parte humana, lo que queda es instinto. No
llores después, cuando el instinto del marginado, se lleva tus bienes de
consumo capitalista. A ellos les duele la moral, a vos el bolsillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario