16 dic 2010

Una mujer se presenta en la comisaría de su ciudad. Cuando la atienden, rompe en llanto y confiesa a la policía: “soy una mujer golpeada”La policía le exige que certifique las heridas en el hospital más cercano de la zona, para luego poder radicar la denuncia correspondiente en esa seccional. “No tengo marcas. Mi marido sabe como golpearme para que no queden evidencias. Cuando estoy en desacuerdo con él se pone agresivo, pero no llega a lastimarme de una manera visible. La última vez me arrastró de los pelos por toda la casa y golpeó infinidad de veces mi cabeza contra una pared. Las cachetadas ni siquiera pude contarlas. Lo que si pude contar fueron los pedidos de nuestros pequeños hijos para que se detenga. Cuando me hizo sangrar la nariz me pidió perdón, me dijo que me amaba y que no volvería a ocurrir, aunque ya lo había prometido antes y no cumplió. En ese momento tampoco hubiera podido ir al hospital, porque eran las 3 de la mañana y no quería dejar sola a los niños con él, ya que estaba ebrio y totalmente fuera de si. Además no creo que me hubiera permitido cruzar la puerta. En otra oportunidad cuando amenacé con denunciarlo, me maltrató física y psicológicamente y me quitó todo el dinero que me había dado para los alimentos. Ni hablar de la cantidad de veces que me obligó a tener relaciones con él, a pesar de mi desprecio por lo que me había hecho.” -“Para denunciarlo tiene que tener pruebas. Sólo puedo tomarle testimonio y usted deberá esperar que los cite la asistente social para ver de que manera se puede solucionar esta situación. Yo le aconsejo que se separe, pero para que le voy a mentir, en la mayoría de los casos no se presentan a la citación, o cuando intervenimos tras la separación, vuelven a juntarse y terminan defendiendo al marido." -“Quiero separarme, pero tengo miedo, y no quiero exponer a mi familia a más sufrimiento” -“Si necesita ayuda la tendrá. Espere la citación”. La mujer confesó tener miedo por la reacción de su marido al momento de tomar conocimiento de la misma, pero entendiendo que no había otra solución, se retiró. Un mes después llega la citación a la casa de la mujer. Como en la mayoría de los casos nadie se presentó a la citación. Ese día, la policía escuchó en todos los medios de comunicación, un nombre mucho más que conocido…






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